El modelo tradicional
de la situación enseñanza-aprendizaje ha estado con nosotros por cientos de
años y todavía lo está; y es posible que lo esté por mucho tiempo, aún después
de que la tecnología educativa haya desaparecido.
Sin embargo, las
transformaciones socioeconómicas, políticas, tecnológicas y culturales de las
últimas décadas colocan en jaque los currículos y prioridades educacionales
(qué enseñar), estilos de pedagogía y andragogía (como enseñar) y la propia
institucionalización de la enseñanza (quién tiene el poder de enseñar y validar
el aprendizaje), impulsándonos hacia un nuevo paradigma educacional.
El papel del alumno,
del profesor, de la evaluación y hasta la propia definición de lo que es saber,
están siendo repensados en la medida en que los computadores y las redes
electrónicas ocupan los espacios
tradicionales de aprendizaje, ofreciendo innovaciones de imágenes, sonido,
movimiento, hipertextualidad, virtualidad y realidad virtual.
Con la incorporación
de la telemática al proceso de enseñanza-aprendizaje, el diseño instruccional
se ocupa no sólo de planear, preparar, proyectar, producir y publicar textos,
imágenes y gráficos, ahora enriquecidos con sonido movimientos y simulaciones,
sino también de valorizar la interacción humana. El foco de Internet está sobre
el trabajo en red (net-work) y no sobre la entrega en red (net-delivery). Esta
percepción implica que la educación en línea es una educación distribuída, que
valoriza tanto el proceso como los resultados.
Reigeluth (2000)
sostiene que el modelo educativo requerido en la nueva era de la información
tiene como rasgos más notables el aprendizaje cooperativo, la reflexión, las
habilidades de comunicación, las aptitudes para resolver problemas y construir
significados, y el papel del docente como preparador cognitivo o facilitador
del aprendizaje.
Es así como muchos
educadores han enfocado su mirada sobre el constructivismo y el aprendizaje
basado en problemas. Bajo este enfoque se comprende la investigación como un proceso de comunicación, un proceso
dialógico, ya que el hombre está de forma permanente en una relación de
comunicación dentro de los diferentes espacios sociales donde vive. La
comunicación ha sido también muy considerada por el constructivismo social como
vía de construcción del conocimiento. El énfasis en la comunicación como
principio epistemológico está centrado en que una gran parte de los problemas
sociales y humanos, de forma general, se expresan, ya sea de forma directa o indirecta,
en la comunicación de las personas.
El aprendizaje basado
en problemas (ABP) consiste en el planteamiento de una situación problema,
donde su construcción, análisis y/o solución constituyen el foco central de la
experiencia, y donde la enseñanza consiste en promover deliberadamente el
desarrollo del proceso de indagación y resolución del problema en cuestión.
Suele definirse como una experiencia pedagógica de tipo práctico organizada
para investigar y resolver problemas vinculados al mundo real, la cual fomenta
el aprendizaje activo y la integración del aprendizaje escolar con la vida
real, por lo general desde una mirada multidisciplinar.
La investigación
representa un espacio permanente de comunicación. La persona que participa de
la investigación se va a expresar como resultado de una necesidad personal, que
se irá desarrollando de forma creciente dentro del propio espacio de
investigación a través de los diferentes sistemas de relación que se
constituyen en el proceso.
Hoy en día, bajo el
influjo de la corriente constructivista, aumenta aún más el interés por los
enfoques integradores basados en actividades que fomentan el pensamiento
complejo y el aprendizaje centrado en la práctica mediante el afrontamiento de
problemas significativos, situados en el contexto de distintas comunidades.
La importancia del
ABP estriba en que las aulas que trabajan con este enfoque se convierten en
comunidades de aprendizaje donde la información y la construcción del
conocimiento son actividades colectivas que generan interés y compromiso en los
alumnos. Los miembros de una comunidad de aprendizaje donde se trabaja el ABP
experimentan y se hacen expertos en el diálogo, la tutoría, la enseñanza
recíproca, las estrategias de interrogación
y argumentación, así como en habilidades que permiten la integración y
transferencia de los conocimientos.